Tras las vacaciones de verano me tocó volver a la rutina de los controles médicos del embarazo. Lo primero de todo ha sido mi cuarta visita con la matrona. Como la que me atiende desde el primer momento del embarazo estaba de vacaciones, me han asignado a una nueva con otra matrona jovencísima en prácticas, ambas muy agradables. La jovencita iba algo destapada: vamos, que enseñaba más carne ella con esos mini shorts que lucía y esa batita blanca tan corta, que yo destapándome toda la barriga y bajándome los pantalones hasta el pubis. La visita ha sido prácticamente igual que las anteriores y con pocas novedades.
1. Recogida de los resultados de la segunda analítica del embarazo. Todo sigue dentro de la normalidad, incluida la temida glucosa, por lo que ya sólo me queda repetir esta prueba por tercera y última vez a mediados de septiembre y con un poquito de suerte ¡habré logrado resistirme a la diabetes gestacional! Pese a que sigo estando dentro de los límites normales, sí he visto que los niveles de hierro me han descendido casi hasta la mitad de los que tenía en la primera analítica. La matrona me ha dicho que siguen siendo datos estándar y que de momento continúe con la alimentación habitual y sin suplementos de hierro. Ya veremos si tras los resultados de la última analítica es conveniente darme un refuerzo. Así que he decidido buscar algunos de los alimentos que más hierro contienen e ir comiéndolos con más frecuencia.
2. Preguntas sobre mi estado general. Esta matrona también cree que debo ser la única embarazada del pueblo que no acude a la consulta a quejarse. Ya le he dicho que todo me va bien, sin síntomas raros, ni molestias, ni dolores y que me siento fuerte y súper estupenda. La mujer se ha quedado de lo más contenta porque por lo visto ya llevaba una larga mañana de quejas variadas.
3. Muestra de orina. Ha analizado rápidamente la orina que llevaba de casa y no hay ni infección ni presencia de proteínas, con lo cual todo genial.
4. Peso y tensión. Sigo estancada en mis 8 kilos menos y en mi tensión de 12-6. La matrona sustituta cree que mi sobrepeso se debe a que mi metabolismo es lento y no quema nada de energía, por eso, aunque no sea una zampona, engordo con facilidad. Sin embargo, durante el embarazo el metabolismo se ha alterado y lo quemo todo de forma más eficiente, de ahí que sin variar mis hábitos vaya adelgazando. Bueno, eso unido al gasto que me hace la bichilla desde el interior.
5. Mediciones. Como para hacerme un traje, me han medido el contorno de la cintura y la altura del útero. No me han comunicado los centímetros exactos pero todo está normal para la semana de embarazo en la que me hallo. También han comprobado que no se me hinchan las piernas ni retengo líquidos por el cuerpo.
6. Posición de la bichilla. Esto ha sido nuevo, porque hasta ahora no me habían palpado toda la panza de arriba abajo en busca de la bichilla para saber su colocación. Les he dicho que en principio, cuando fui a hacerme la ecografía 4D me dijeron que la cabeza estaba situada bajo las costillas del lateral izquierdo y los pies sobre el pubis a la derecha. Y así sigue, o sea en posición de nalgas y no cefálica. La matrona insiste en que aún puede moverse mucho y cambiar de postura durante las próximas semanas, por lo que no hay que preocuparse de momento pensando que para el parto seguirá como hasta ahora.
7. Latidos del corazón. La bichilla se ha puesto muy revoltosa y en cuanto me enchufaban el doppler para escuchar el latido, se liaba a moverse como una loca, por lo que se perdía con frecuencia. ¡A la pobre enfermera en prácticas la ha pateado lo que ha querido! Pero finalmente han logrado localizar el corazón y lo han escuchado durante el rato más largo hasta el momento.
8. Ruegos y preguntas. Mi única duda, además de saber la posición en la que se encuentra la bichilla, era conocer por qué las madres embarazadas de 30 semanas, o incluso de menos que yo, se quejan de que les duelen las pataditas de los bebés, si yo todo lo noto como muy suave. La matrona afirma que esto se debe a mi acolchado cuerpecito (tanta grasa me protege de golpes brusco ¡ya sabía yo que alguna ventaja tenían que tener los kilos de más!). También puede influir que, como el resto del embarazo, me lo estoy tomando todo muy bien y psicológicamente los movimientos me causan placer y no disgustos, mientras otras futuras mamás se alteran con las pataditas, están temerosas y afirman que les duele todo. Además, mi bichilla aún está en crecimiento, por lo que todavía no ejerce toda la fuerza que empleará en los últimos dos meses.
9. Planeado el futuro. Finalmente, me ha ofrecido información sobre los cursos de preparación al parto (a los que ya me había inscrito durante el verano) y me ha mandado la analítica del último trimestre. En los cursos dice que es donde nos despejarán la mayor parte de las dudas que tengamos, así es que en breve iré pensando y repensando las cosas que me inquietan (de momento ninguna, por eso tengo que darle más vueltas a este asunto) para poder aprovechar al máximos las clases.
¡Ay qué poquito embarazo me queda ya por delante! ¡Y qué ganas tan grandes de convertirme por fin en mamá primeriza!
25 Comentarios
moda infantil y ropa bebé
11 septiembre, 2013 at 07:45Ya te queda poquito para ver a tu bichilla
planeandoserpadres
11 septiembre, 2013 at 11:41¡Ay sí! Y sobre todo porque la semana que viene me toca la última ecografía del embarazo y aunque sea en imagen ¡podremos volver a verla otro ratito!
El rincón de Mixka
11 septiembre, 2013 at 09:03Ya estamos otra vez perdiendo comentarios… Segundo intento…
Te decía que me alegro que todo sea normal, que esté dentro de la normalidad. Me parece curioso lo del dolorcillo de las patadas que comentas en algunas madres… Sensación quizá sí, pero ¿dolor? Un poquito más adelante, cuando se vaya haciendo grande verás hasta como se mueve y se deforma la tripa, cuando atraiesan sus codos y rodillas… ya nos contarás.
Y lo que me alucina (que ayer se me fue el día y no te pude comentar) es que sigas bajando peso… ¿No será que los que tú estás bajando me los estás pasando a mí? ijijijiji La verdad es que mucho mejor. Incluso para el parto, te serntirás más ágil, y mucho mejor que no con los tropecientos kilos que cogí yo…
Un besazo!!
planeandoserpadres
11 septiembre, 2013 at 11:29¡Me han llegado los 3 comentarios tuyos! 2 anónimos y uno identificada. La próxima vez que te pase eso ¡espera hasta el día siguiente porque te pegas un hartón de escribir y encima doble o triple! Bueno a lo que vamos, hay mamis muy quejicosas, a mí no me duele nada pero lo que comentas de ver deformarse la barriga ¡hace semanas que ya lo veo! Vamos, que lo veo yo y los de alrededor, que se me levantan unos bultos por unos lados y por otros que parece que la bichilla vaya a sacar la cabeza para saludar en cualquier momento. Y lo del peso es para no dar crédito, pero ya me ha dicho la matrona que en cuanto se pase el parto los volveré a engordar, así que la felicidad corporal me va a durar poquito. Oye y si ya estás empezando a subir kilos ¿no será que vuestros intentos por aumentar la familia ya han dado resultado? 😛
El rincón de Mixka
11 septiembre, 2013 at 11:35Jajajajajaja… No creo… Es que soy de muy buen comer, y en cuanto me dejo de cuidar un poquito… ¡Adiós! Debo ponerme seria, no puedo permitirme subir los mismos kilos que la otra vez.
Por cierto… Comentarios anónimos??? Ay madre, a veces no entiendo nada!!! Jijijiji 😉
Alita29
12 septiembre, 2013 at 07:26De 30 semanas! y en mi caso si he ganado peso, pero no en la barriga… he ganado en las piernas y en los brazos! La celulitis de las piernas es algo de no creer y los brazos los tengo gigantes! Ese peso ganado es todo para mi y a ver como me lo quito! Cualquiera diria que estoy gestando al niño entre la celulitis de las piernas y lo que me esta colgando de los brazos!
planeandoserpadres
12 septiembre, 2013 at 13:43Yo tengo una compañera de trabajo que fue mamá hará unos 3 años y también dice que notó que acumulaba mucha celulitis en el culete y las caderas ¡pero que le desapreció como por arte de magia con la lactancia materna! Ella está convencida de que su bichillo le chupaba la grasa directamente de estos sitios en los que se había ido acumulando durante el embarazo. Y eso que engordó 20 kilos y en 6 meses ya había vuelto a su peso normal. A lo mejor a ti también puede que te pase esto.
En paro biológico
11 septiembre, 2013 at 09:10Todo genial, entonces. Me alegro mucho 🙂 A seguir así! A mi me pasaba cómo a Esther, me filian cuando acertado en algún órgano, normalmente los pulmones. Cuando se de la vuelta lo notarás. Además yo también estaba acolchados cómo tú 😉
planeandoserpadres
11 septiembre, 2013 at 11:46A mi cuñada también le pateaban los riñones,s obre todo por la noche a la hora de dormir. Y eso sí que le hacía daño. Pues no sabía que pudiese notar si se ha dado la vuelta. Como no he apreciado ningún cambio, de momento creo que seguirá en posición vertical. A ver si me dicen lo contrario en la ecografía de la próxima semana.
Esther
11 septiembre, 2013 at 08:38A mi las patadas normales no me dolían pero las que daba en las costillas si! Además me las daba sobretodo cuando conducía y mas indefensa estaba para batallar contra él. A seguir así de bien y tranquila que aún queda tiempo para que se de la vuelta.
planeandoserpadres
11 septiembre, 2013 at 11:44Claro yo como en las costillas tiene la cabeza… ¡pues de eso que me estoy librando! Pero vamos, que aún me quedan casi 2 meses y seguro que alguna que me moleste me terminará dando. Ahora, que el tuyo ¡vaya zángano está hecho! Mira que darte mientras conducías para no poderte defender… Veremos a ver si se decide a dar la vuelta o no. De momento sigue cabeza arriba.
Alita29
11 septiembre, 2013 at 12:46Esther! Lei tu comentario y me siento identificada! A mi mientras conduzco me frie a patadas en las costillas! y la verdad es que duelen… mi marido me dice: «hay! que lindo!» pero no es tan lindo cuando estas conduciendo prestando atencion y tienes a alguien friendote a pataditas…las primeras veces me hacian gracia! ahora cada dia duelen mas! Pero buen, espero que me quede poco tiempo de coche!… a ver si en un par de semanas ya no lo cogo mas yo. Solo ocurre cuando soy yo la que conduce! si voy de acompañante son menos en cantidad las patadas.
planeandoserpadres
11 septiembre, 2013 at 15:55¡Jajaja! ¿y de cuánto tiempo estás ya para notar esas patadas con esa potencia? Mira que son listos los bichillos que saben cuándo somos nosotras las conductoras y cuando no para molestarnos más…
A Cuadros (Mamá... ¿MAMÁ?)
11 septiembre, 2013 at 15:07¡Madreee, lo que se va acercando ya todo! Y encima disfrutando ese pedazo de embarazo, sin problemas, molestias y kilos de más. ¿Dónde hay que firmar?
¡Me alegro un montón! Y lo de la postura de la bichilla, efectivamente aun hay tiempo. A una amiga de la familia se le cambió a ultimísima hora. Así que a segir disfrutando de la experiencia tranquilamente, que aun puede colocarse.
¡Besitos!
planeandoserpadres
11 septiembre, 2013 at 15:57¡Menos mal que todo el mundo me tranquiliza con lo del posible cambio de postura en el último minuto! Porque esto de que ella viva tan cómodamente sentadita sin importarle mi posible cesárea ya me estaba mosqueando. Pero por el resto de cosas del embarazo ¡la verdad es que estoy teniendo mucha suerte!
yademasmamas
11 septiembre, 2013 at 20:06Que bien que el embarazo sea tan bueno, así lo puedes disfrutar y lo recordarás siempre como una etapa bonita.
La semana pasada me decía una amiga que a su hermana ingresó para la cesárea programada por la colocación de la niña y se dieron cuenta que había cambiado la postura en las últimas horas asique, confía.
María
planeandoserpadres
12 septiembre, 2013 at 13:37¡sí, sí si yo aún tengo esperanzas! Y la propia matrona me dice que no me preocupe, pero como primeriza que aún no ha vivido eso del vuelco en sus carnes ¡no puedo evitarlo!
Cuestión de madres
12 septiembre, 2013 at 07:08así me gusta… que todo siga en su línea y las molestias sigan sin aparecer… sobre las patadas a mi tampoco me hacían daño… a veces me despertaban pero más por inesperadas que por dolorosas e incluso jugaba con los peques para que dieran más 😉 pero claro yo también tengo un buen acolchado así que…. a lo mejor es eso 😉
planeandoserpadres
12 septiembre, 2013 at 13:39¡Ay el cuerpecito acolchado que nos hemos criado a base de bien! Al final va a resultar súper útil para evitar dolores. Yo también trato de provocar a la bichilla para que se mueva más, pero esta va a su aire y no siempre me responde.
Cuestión de madres
12 septiembre, 2013 at 07:11Y sobre la postura de la peque… mi cuñada ya se frotaba las manos con su amada cesárea programada porque no quería un parto ni de casualidad y en la semana 40 se giró el niño y tuvo parto natural… tranquila… besos
planeandoserpadres
12 septiembre, 2013 at 13:40¡Jajaja! Unas deseando un parto vaginal y otras la cesárea. ¡Y nunca llueve a gusto de todas! Sé que aún quedan muchas semanas por delante, y que el hecho de que se coloque bien una vez no quiere decir que no pueda descolocarse más adelante. ¡Ay! Pero si se fuera girando ya me dejaría de tranquilita…
anya
12 septiembre, 2013 at 14:54Juraría que te había comentado, a mi las patadas fuertes me las daba al final y siempre que comía yo una palmera, asíde golosa ha salido, y el resto yo lo pase bien, me lo provocaron en la semana 37 con lo que no tuve un final pesado.Que siga todo bien y un besazo
planeandoserpadres
13 septiembre, 2013 at 13:04¡Esta con lo dulce también se vuelve loca perdida! Ayer mismo comí de postre una mousse de chocolate y madre mía la que me lió toda la noche. De momento tampoco me siento pesada ¡y ya son 32 semanas! Pero de aquí en adelante veremos a ver cómo sigo.
nohabrapazparalasmadres
12 septiembre, 2013 at 22:36Mucho ánimo! Yo soy mamá desde hace solo 18 días y ha ido todo fenomenal, así que por si tuvieras algo de incertidumbre con el tema del parto etc no la tengas! No es tan duro y horrible como cuentan algunas personas, es un momento único, especial e inolvidable. Cuánto te queda? Estaré atenta al blog!
planeandoserpadres
13 septiembre, 2013 at 13:12¡Uy primeriza, primeriza! La verdad es que al parto en sí no le tengo miedo, vamos la verdad es que de momento sigo sin pensarlo mucho, y pese a que ya he leído bastante sobre el tema aún sigo resistiendo fuerte. Lo único que no me gusta es el tema de la cesárea, pero sólo porque tiene una recuperación más lenta, sin embargo no soy de oponerme a lo que digan los médicos: si hay que hacerla se hará y todos contentos. Ahora estoy de 32 semanas ¡ya me queda poquito! ¡O mucho! Dependiendo del día tengo ya unas ganas enormes de que nazca la bichilla y otros me los pasaría eternamente embarazada. ¡Ay qué indecisión!
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