Lo he vuelto a intentar. Que no se diga que no pongo de mi parte para que mi bichilla sea una gran lectora y una devoradora de libros, como lo éramos nosotros antes de que se asomara por ese agujerito y apareciera en nuestras vidas. Aprovechando el evento de Madresfera en Barcelona, que la semana pasada organizó un cuentacuentos con Carlos Escudero, el súper papá que vive tras el blog y el canal de YouTube de Un papá como Darth Vader me dije a mí misma: venga, que la niña ya es un poquito mayor y lo mismo se te ha civilizado un poco así, por ciencia infusa, y disfruta compartiendo un ratito de historias con este hombre, que lo hace muy bien, y rodeada de otros niños. Pero ¡mi gozo en un pozo! Vamos, que en el post de hoy más bien os voy a detallar cómo puede ser de catastrófico el llevar a tus churumbeles a un evento para el que no están preparados y no sobre los trucos que Carlos dio a los padres sobre las formas con las que él triunfa con sus hijos y los de los demás, como contador de historias.
1. De algo me enteré. La mayoría de asistentes con hijos mayores que mi bichilla, coincidían al decir que entre los dos años y medio y los 3 años, se suele producir un gran cambio en los niños, que les hace prestar más atención a las actividades que les interesan, estarse más quietecitos y por lo tanto, empezar a deleitarse con los cuentos. Debe ser por eso que como mi churumbelita aún no tiene ni 2 años, no tiene paciencia para que le leamos libros. Ella se puede pasar las horas hojeando un lbro por su cuenta, pasando páginas, reconociendo figuras, personajes y destrozándolos si se tercia. Pero si nos sentamos con ella para leer, simplemente trata de pasar las páginas muy deprisa, de forma que no nos da tiempo de leer todo el texto, para llegar al final no antes posible. Como método de relajación nocturna está descartado, porque la niña necesita teta y oscuridad total. Carlos insistió en que hay niños que no quieren los cuentos para la hora de dormir, pero si les gustan en cualquier otro momento del día, podremos adaptar nuestras rutinas al horario que les interese. También se dijo que hay niños que se quedan muy calmados escuchando la historia, mientras que otros no paran de moverse, preguntan, quieren manipular el libro, o recrear el relato con sus muñecos… En fin que cada niño oyente es un mundo y lo que vale para uno no tiene por qué ser útil para el resto. Y hasta aquí ¡mis conocimientos sobre lectura infantil extraídos del evento! Con lo que yo soy cuando voy sola ¡que no me dejo un detalle por contar!
2. El sueño de esa tienda Imaginarium. Que conste que aunque primeriza, no estoy tan atolondrada como antes, y ya sabía yo que el reto se me presentaba difícil. No sé si conocéis las concept store de Imaginarium, pero no son tiendas normales sino espacios en los que todos los juguetes están expuestos, al alcance de los niños, con muchos pasillos para correr, para dar rienda suelta a la imaginación, y claro, pretender que una niña de esta edad se quede quietecita sentada en el suelo para escuchar un cuento, por buenísimo que sea el narrador (que lo es) es casi una utopía. Así es que mi tarde la invertí en intentar que se quedara un minuto sentada en una sillita a mi lado, o en brazos, con la teta, con algo de comida, y sobre todo corriendo y gritando por aquella planta repleta de juguetes bajo las miradas de los demás.
3. Catástrofes varias. La primera que se le ocurrió a mi bichilla fue la de atacar la mesa de la merienda antes que nadie. No la puedo culpar, es zampona por naturaleza y ahí había galletas, patatas fritas y escobas de bruja hechas con queso (todo muy de inspiración Halloween) por lo que que esto entra dentro de la normalidad. La cantidad de comida que ingirió ya empieza a rozar lo sobrenatural, pero la parte más espectacular llegó cuando se dedicó a desenredar la guirnalda de calabazas y fantasmas que adornaba la mesa, mientras la niña de La nave de V. le regañaba diciéndole que eso no lo volviera a hacer nunca más, nunca más… para después lanzarse como una posesa a la carrera hacia la escalera de la tienda. No puede agarrarla a tiempo y allí cayó rodando unos 8 escalones Yo desde arriba sólo pensaba en huesos rotos y cabeza hecha polvo, pero curiosamente mi criatura cayó rebotando con el culo y su mullido pañal de marca blanca de un escalón a otro, por lo que al llegar al pie de a escalera la experiencia le había hecho tantísima gracia que mientras se partía de risa trataba de trepar otra vez por los peldaños para volverse a lanzar. A todo esto, Carlos muy profesional, seguía con su cuentacuentos a niños mas civilizados. Otras mamás entraron en pánico al ver el espectáculo de mi criatura y no dieron crédito tras observar el desenlace de la historia. Sí, los niños son de goma y la mía además una bestia parda y reincidente.
Pues poco más os puedo contar, a parte de decir que me encantan estos eventos de Madresfera a los que se puede ir con niños y en familia y lo espectaculares que son estas tiendas de Imaginarium. Aunque yo tengo debilidad por la marca, porque trabajé casi 4 años con ellos. Bueno, y sobre Un papá como Darth Vader, no puedo decir nada mejor porque él se retrata por sí sólo en su blog. Es un padre muy dedicado y comprometido, un gran escritor, un youtuber que me ha dejado impactada desde el primer episodio de su webserie, y aún mejor persona. ¿Cómo es la relación de vuestros bebés y niños con los libros? ¿Soléis hacer de cuentacuentos o llevarlos a actos así?
37 Comentarios
lamamadealvaro
29 octubre, 2015 at 07:27Jo, que envidia! Debió estar súper bien. Es normal que tu bichilla no prestase demasiada atención. Es muy pequeña. Ta verás como en un año le encantan los cuenta cuentos. Álvaro el año pasado no les hacía ni caso y este año hemos ido a dos que han venido a la Biblioteca Municipal y estaba emocionado.
Por cierto, cómo no va a atacar la mesa de la merienda cuando le ponen hasta patatas fritas? Hubiese atacado hasta yo!!!
Planeando ser padres
29 octubre, 2015 at 10:59¡Jajaja! Esta ataca toda la comida que se le ponga por delante, y más así de mona y sin vigilancia ¡una tentación! Ahora le interesan los libros a su ritmo y manipulados por ella.Hacer de oyente no la motiva nada.
Estrella
29 octubre, 2015 at 08:00Es perfectamente normal que Laura no prestara toda la atención que requería el evento. Normalmente los cuenta cuentos se programan para niños a partir de los 3 años (lo que se denomina prelectores) y a edades más tempranas se habilitan en las bibliotecas espacios adaptados para que interactuen con los libros acompañados de sus padres. Ya veo que la nena muestra disposición, pero no hay que pedir peras al olmo porque incluso con 4 años se despistan del hilo de las historias con el vuelo de una mosca.
PD: siento no comentar más a menudo, pero hace casi dos meses que soy mamá y bueno, qué te voy a contar que no sepas…
Planeando ser padres
29 octubre, 2015 at 11:04No es que no prestara toda la atención ¡es que no prestó ninguna! Eso sí, por lo menos ojeó algún libro por su cuenta, aunque fueran títulos al margen del evento. En la biblioteca del Pueblucho Infernal sí disfruta revolviendo todos los cajones de libros y acaparándolos porque son diferentes a los que tiene en casa, pero nada de quedarse tranquilita mientras le leemos uno. ¡Oye! Y felicidades por el bebé y nada de estrés para comentar ¡sólo faltaría!
una mamá muy feliz
29 octubre, 2015 at 08:13Osti que sustazo!!! Fijo que yo hubiera caído detrás.
Cada niño es diferente y no solo al ritmo de desarrollo, sino también a los gustos…oye no has pensado que igual a la bichilla no le va a gustar lo libros demasiado o lo mismo en unos días los devora.
Desde luego estos eventos son una aventura.
Planeando ser padres
29 octubre, 2015 at 11:05Mira que me quedé quieta deseando que ella hiciera lo mismo, pero se lanzó al vacío ¡la madre que la parió! Los libros en sí le han gustado desde que empezamos a dárselos, y hay algunos por los que ha sentido más apasionamiento que por ningún otro juguete. Pero una cosa es dejarla con libertad y que haga con ellos lo que quiera y otra que se siente a escuchar una historia. Ya veremos si al final los ama o los odia.
La mama fa el que pot
29 octubre, 2015 at 08:18Ay, que pena me dió no poder ir finalmente al cuentacuentos porque yo también soy superfan de Carlos (sus post me encantan pero sus vídeos son brutales) y me encanta como explica los cuentos.
En casa mi hija es una loca de los cuentos, vamos que si por ella fuera cada día leería todos los que tenemos en la estantería.
Desde pequeña hemos ido a la biblioteca y me fascinaba como era la única manera de que se estuviera quieta.
Nosotros sí que leemos cuentos también antes de dormir, al final hemos pactado que para ir a dormir leemos 3 y cuando apago la luz siempre hay el extra de explicarle uno sin libro, así que me hubiera ido bien lo de aprender algo más sobre como leer los cuentos y captar su atención.
Espero poder ir a la próxima.
Y la bichilla desde luego es todo terreno pero buenisimo también el momento de V .. jajaja me las imagino y me parto de risa.
Planeando ser padres
29 octubre, 2015 at 11:08Los vídeos de Carlos son de impresión. Yo que lo he conocido en persona y coincidido varias veces con él, y es todo dulzura, y luego esos vídeos con ese lado oculto tan macarra ¡es que me parece otra persona diferente! A mi bichilla le gusta manipular todos los libros pero no que le leamos la historia. A la biblioteca vamos, pero parece que la llevemos para hacer el mal en un sitio ajeno, porque con alguna bibliotecaria poco paciente hemos topado que hasta nos ha regañado por dejar que mi bichilla fuera de un libro a otro sin control.
A V. ya la conoces tú, tan buenecita y tan civilizada, yo creo que esa niña sufre en los eventos cuando ve aparecer a mi terremoto.
marigem
29 octubre, 2015 at 08:32Jajajaj, me recuerda muchísimo a mi hijo pequeño a esa edad, era de los que destrozaba pero eso sí, jamás se habría acercado a una mesa con comida, eso era una especie de coco para él.
Menudo susto, pero son de goma, lo tengo comprobado.
Planeando ser padres
29 octubre, 2015 at 11:10A mí me llama la atención que las madres suelen decir que las niñas son tan calmadas y los niños tan movidos ¿de verdad puede existir una criatura humana que se mueva más que la mía? Pues espero que lo siguiente que me toque sea un niño pachorrón, porque vamos, yo no estoy para seguir este ritmo mucho más tiempo. Y la comida ¡es que no se puede resistir! Además, que las galletas eran gigantes pero aún así se zampó 2 completas más el resto de complementos.
Marta
29 octubre, 2015 at 09:16Jajaja, me encanta tu bichi!! Entrar en imaginarium y no tocar todo es imposible, incluso para las mamás!
Planeando ser padres
29 octubre, 2015 at 11:10Y más en este, que todo está expuesto para incitar al toqueteo.
Cristina Madre Autónoma
29 octubre, 2015 at 09:35A M le encantan los libros y que le lean. De hecho, es la forma que tenemos de que se duerma. Sin embargo, cuando vamos a un cuentacuentos grita como un posesos hasta que nos vamos. Yo creo que no le gusta la masificación, y por eso nunca pudimos quedarnos a ninguno.
Planeando ser padres
29 octubre, 2015 at 11:12Pues lo de que le lean es lo que no estimula a mi bichilla. Y de usarlos para dormir, nada de nada. Lo de que no le gusten las aglomeraciones también lo he pensado, pero es que ella está en su salsa yendo de un lado para otro ¡lo que no quiere es sentarse y concentrarse en lo que toca! Además, que tampoco había tantísima gente. Era un evento pequeñito y muy bien pensado.
Mamá en Bulgaria
29 octubre, 2015 at 09:46Yo creo que es perfectamente normal que los niños pequeños sean moviditos y vayan tocando y explorando todo. O quizá es que estoy acostumbrada al mío!
La merienda debió estar genial, y la compañía también, por lo que he leído. 🙂
Planeando ser padres
29 octubre, 2015 at 11:13¡Síiii! En los microsegundos que me quedaron libre para charlar con otros padres asistentes ¡todos me parecieron geniales! Bueno, además de que a muchos ya los conocía. Y Carlos es un encanto y un gran narrador. Eso sí, a mi churumbelita ya le quedará poco por explorar en esa tienda ¡con la de veces que ha ido!
Maria E.
29 octubre, 2015 at 09:53Creo que la bichilla aún es pequeña para los cuentacuentos. Vamos, al mío pequeño con año y medio ni se me ocurre llevarle porque puede desmontar la tienda Jajajaj!!
Con el mayor, que ya tiene 4 años sí leemos mucho y pide un cuento para dormir y al pequeño tambien le gustan los que tiene solapas para abrir, los de texturas, etc. Coge uno, se sienta en el sofá y te llama para que se lo leas Jajajaja. Eso sí, dura dos minutos sentado…
Planeando ser padres
29 octubre, 2015 at 11:16Eso dicen que en torno a los 3 se suele observar ese cambio, así es que seguiré pensando que mi torbellino tiene un comportamiento normal para su edad pero extremadamente inapropiado para este tipo de actos tranquilos. La mía, en casa, se ha legado a sentar horas sólo con un libro ¡hasta sujetándolo del revés! Pero en esa tienda había demasiadas tentaciones: niños desconocidos, juguetes nuevos, comida…
Mamistarsblog
29 octubre, 2015 at 10:15Jajaja! Confieso que aunque mi hijo sea más mayor, entrar en Imaginarium me daba respeto… bueno más bien salir que entrar… #bichilla es un solete e hizo lo que mejor sabe hacer… Ser niña!!!! 🙂
besito guapa!
Planeando ser padres
29 octubre, 2015 at 11:17¡Ay el tuyo es un ejemplo al lado de la mía! Pero vamos, que entiendo que es por la edad (digo yo). Como dentro de un par de años siga con este ritmo ¡a mí me habrá matado de un susto o de agotamiento!
Esther
29 octubre, 2015 at 10:53jajaja, oye, que no a todos los niños les gusta lo mismo. Y si encima hay comida cerca, es dificilísimo!
Planeando ser padres
29 octubre, 2015 at 11:18¡Es una zampona! Yo creo que el entorno la sobrestimula, y ella que ya viene movida de serie… Menos mal que Carlos tiene una paciencia infinita (y que la le había avisado del panorama que se encontraría y no le pareció mal).
mamirecientecuenta
29 octubre, 2015 at 12:32Me hubiera encantado ir, solo por estar con vosotras y en compañía de Carlos, merece la pena. Que rabia me dio tener que estar en el curro. Aunque la verdad, la enana, todavía es muy pequeña. Y no creo que hubiera hecho mucho caso y se hubiera pasado el rato, de aquí para allá gateando.
Saludos
Planeando ser padres
30 octubre, 2015 at 10:23¡Uy, qué cosa! Ya ves, la mía es mayor y también se pasó la tarde de allá para acá pero corriendo y haciendo la kamikaze por las escaleras. Lo de las desvirtualizaciones siempre gusta mucho. A ver cuando te encaja uno de estos eventos y nos vemos.
De mamis
29 octubre, 2015 at 13:24Cómo me he reído! tu peque es genial…promete!! Tranqui, ya le llegará el momento de que te pida que le leas cuentos. Mi hijo mayor que aun no tiene los 4, empieza ahora, y el peque que es un imitador nato de 2 años recién cumplido hace lo mismo, pero ya te digo, por imitación. Un beso
Planeando ser padres
30 octubre, 2015 at 10:24Ay, me hace quedar como una pésima madre allá donde vamos. Sí, ya sé que os pequeños suelen copiarlo todo de los mayores e ir más adelantados. En fin, paciencia, que todas estas estas llegarán.
Mama Puñetera
29 octubre, 2015 at 13:50Pues muy similar a la vuestra… Ahora, ya cerca de los 25 meses parece que empieza a mostrar algún interés por mirar los cuentos y no solo por destrozarlos. Pero le dura un ratito muy corto. Si hubiéramos estado allí, Valkiria se hubiera unido a tu Bichilla para hacer el mal, seguro! jejeje
Planeando ser padres
30 octubre, 2015 at 10:28Yo aún no me fío de dejarle libros con páginas que no sean acartonadas porque es demasiado bruta. Pues mira, no le vendría mal a esta niña una compañera de juegos malignos, porque el resto de niños siempre parecen tan santitos a su lado…
Mama Puñetera
30 octubre, 2015 at 11:16Pues ya desvirualizaremos cuando subamos a Barcelona alguna vez, y que hagan el mal juntas! jajajajaja (Miedito me da… )
La Hobbita
29 octubre, 2015 at 16:24A mis sobrinos les llevan los abuelos a un par de librerías de Madrid en las que hacen sesiones de cuentacuentos los fines de semana. También me he fijado que lo hacen en la biblioteca del barrio. En cuanto la peque tenga una edad, iremos a ver si conseguimos meterle el gusanillo por la lectura ^_^
Un abrazo 🙂
PD: tu bichilla, brutal. Lanzarse cual posesa por las escaleras y volver ala superficie indemne!! Y volverlo a intentar!!! xD.
Planeando ser padres
30 octubre, 2015 at 10:30Sí, nosotros probamos algunas actividades parecidas en la biblioteca municipal, pero era bastante más pequeña y nunca prosperó ninguna iniciativa. Creo que debe hacer casi un año de nuestro último intento, por eso me lancé a probar. Antes no lo soportaba porque se lanzaba a llorar como una energúmena y ahora no para de correr de un lado para otro. La situación es diferente pero todavía no es la ideal. Y sí, cuando se le mete una idea en la cabeza ¡así se mate no para de repetirla!
¡Y yo con estas barbas!
29 octubre, 2015 at 22:13¡Joooooooo… Qué guay! Me hubiera flipado ir a un sarao así… ¡A esta niña le encantan los cuentos!
Planeando ser padres
30 octubre, 2015 at 10:28¡Jajaja! Con la excusa de la niña… ¡anda que a ti no te gustarán!
Maria Mivinailart
1 noviembre, 2015 at 01:12Ais los cuentos. Esa es mi gran duda, cuando empezar?!
Por cierto, se me ha parado el corazón y todo con la caída de la nena, menos mal que fue de culillo y acolcahada. Menuo susto te debiste llevar.
Planeando ser padres
2 noviembre, 2015 at 17:33Yo sí que me quedé como muerta arriba de la escalera. En ese momento sólo pensaba en huesos rotos y en el daño que se haría, pero oye, se levantó como si nada y deseando repetir la aventura. Nosotros empezamos a darle libros casi desde el primer día, aunque fueran de esos blanditos, de tela o de plástico. Pero lo de la afición a que le contemos cuentos no sé cuándo le saldrá.
Mamá de V
2 noviembre, 2015 at 12:07Ay! Tu traela a saraos, que poco a poco va mejorando :)) Ya verás, ahora de los 2 a los 3 va a hacer un cambio brutal, sobretodo cuando empiece a soltarse a contarte cosas ya y puedas explicarle que mejor por las escaleras no tirarse de cabeza 😛
Planeando ser padres
2 noviembre, 2015 at 17:50¡Jajaja! ¿Que va mejorando? Si yo la veo cada vez más incivilizada. Uy, esta semana anda de un suelto con el vocabulario. Ahí la tengo mirando por la ventana y diciendo «Mamá, ueve agua» (y sí lleva todo el día sin parar de llover agua. A ver si mañana ya entiende lo de la escalera.
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