Tras el disgusto en la revisión del año de mi churumbelito con su pediatra normal, por el asunto de si este niño no me anda y este niño no llama a sus padres aún con sentido, llegó el momento de la revisión con el neonatólogo. Os conté que por haber nacido un poco antes de tiempo, en la semana 35, mi mochuelo tendrá seguimientos especiales hasta que cumpla los 2 años. Al principio eran más frecuentes, pero a los 6 meses el neonatólogo nos despidió hasta que cumpliera un año y después de esta cita, la siguiente no debería ser hasta los 2, si el niño se desarrolla con normalidad. La verdad es que hasta esta semana cada revisión con el neonatólogo no me había parecido nada del otro mundo, más allá de mirar el peso, altura, auscultar al niño, comprobar genitales, estado de espabile en general… No sé, yo voy a todo lo que me indican, porque no quiero salirme de los cauces burocráticos establecidos y que luego pase algo que recaiga eternamente sobre mi conciencia. Pero la verdad es que no veía yo ninguna diferencia entre las visitas normales con el pediatra y este peregrinaje al hospital. El neonatólogo que tenemos es un hombre todo amabilidad, cuya principal preocupación respecto a mi mochuelo nunca ha sido cómo evolucionaba el niño, sino cómo me lo estaba tomando yo. Y claro, nada más poner el pie en su despachito para esta revisión del año, le solté el diagnóstico alarmista de hace 2 semanas con el pediatra.
1. Mi prematuro tardío aún no anda ni nos llama por nuestros nombres. Ni lo hacía con un año y un día recién cumplidos, que fue cuando lo vio su pediatra y puso el grito en el cielo, y sigue sin hacerlo hoy, 2 semanas después. Insistí en que lo posáramos en el suelo para que él lo viera en acción, porque los médicos no quieren que soltemos a los niños y claro ¿así cómo vamos a demostrar los progresos? Que tampoco tienen el suelo tan sucio, por favor. Igualmente, tengo muchos vídeos del mochuelo en desplazamiento, pero oye, pudiéndolo ver en vivo y en directo… Y mira, ya debe haber hecho mi criatura progresos suficientes, porque este hombre, acostumbrado a ver prematuros con más dificultades que las de mi pimpollo, no daba crédito a mi historia con el pediatra. Vamos, que me puedo quedar tranquila con sus sílabas sueltas y sus pasitos agarrados, que ya será autónomo más adelante. Y eso que lo único que hizo el niño delante de él fue incorporarse de la camilla para intentar escapar antes de que lo auscultaran y ponerse de pie agarradito a uno de mis dedos, para que lo cogiera en brazos y lo rescatara de ese hombre. Que para todo esto nos da de plazo hasta los 18 meses, pero que él cree que este andará mucho antes. Lo curioso es que en vez de hablarme como médico ¡me puso sus ejemplos como padre! Dijo que sus 3 mochuelos anduvieron a los 10, a los 12 y a los 17 meses, sin ser prematuros y siendo todo normal. ¿Cómo puede ser que lo que es normal para un pediatra sea algo digno de ser revisado cada 15 días para otro?
2. ¿Qué más preocupaciones me da esta criatura? Pues ninguna, la verdad. No me deja dormir y es de un apego intenso muy cansino, pero no creo que sean cosas para que se le diagnostique nada. Come bien, es un bendito el resto del día, está echando un nuevo diente que me tiene loca con los mordiscos en la teta… Vamos, cosas de bebés normales pero no patológicas. Así es que el neonatólogo me dijo que así es como debía ser, y que yo a seguir criando con mi pachorra dejando de lado los histerismos del pediatra. ¡Ay, señor! ¡Pero es que yo no soy médico! Sólo madre. Y ya voy bastante por libre fiándome de eso del instinto, pero como un día la liemos ¡verás la que me va a montar el pediatra oficial!
3. El resto de la revisión del año del prematuro tardío. Pues igual que siempre, perímetro craneal, altura, peso del torete (directamente lo definió así el neonatólogo al marcar casi los 11 kilos enteros en la báscula) y nada más. Lo único que le sorprendió es que aún no vaya a la guardería (creo que por eso no ha debido padecer ninguna de esas bronquiolitis y otros males de salud que afectan aún más a los prematuros que a otros bebés) y el resto todo rutinario y con visos de no volver a pasar por la consulta hasta dentro de un año. Pero bueno, lo fundamental ha sido volver a casa con nuestros 6 meses más de margen para que el mochuelo corra por su cuenta y empiece con el parloteo.
En definitiva: mismo niño, con 15 días de diferencia, mismas habilidades, vistas por 2 especialistas diferentes ¡con diagnóstico radicalmente distinto! Obviamente, me quedo con la versión de tranquilidad y armonía del neonatólogo, pero a ver cómo se lo explico al pediatra en la próxima visita para que no se lo tome a mal ni piense que lo estoy desacreditando.
¿Habéis tenido esta disparidad de opiniones sobre una misma cuestión médica dependiendo del médico que hayan visitado a los mochuelos?
Foto slide vía Shutterstock.
8 Comentarios
mamá puede
9 febrero, 2018 at 07:13Yo no entendí que el pediatra se alarmase porque el niño no andaba con el año, ósea que no me extraña que no coincida con otro, debe ser el único…
Mamá de un prematuro
9 febrero, 2018 at 08:43El pequeño, prematuro, lo ha hecho con 18 meses. Se de niños nacidos a términos que han empezado a andar más tarde que mi hijo pequeño. En ningún momento, me he alarmado por si tardaba más en andar. A nosotros lo que nos preocupa es que le cuesta coger peso y eso que come como si no hubiese un mañana
Marta | La agenda de mamá
9 febrero, 2018 at 09:38yo tampoco entiendo el escándalo. Miss L sin ir más lejos a los 12 meses hablar, hablaba por los codos, pero ni gateaba ni se ponía en pie, si acaso reptaba un poco. Y ahora no hay quién la pare!! Me alegro de que esté todo bien 🙂
Carolina mamá ríe
9 febrero, 2018 at 09:47No entiendo la alarma, son márgenes dentro de la normalidad, no? Lo importante es que esté sanito y bien ;**
Anónimo
9 febrero, 2018 at 18:11Pero si el margen dentro de los niños a término es de 18 meses!! Para prematuros debe de ser más! Además el.margen solo es para estudiar si hay una causa por la que no pueda hacerlo, no porque tenga que ser sí o sí, el pediatra me da que tiene mucha prisa y es muy cuadriculado…lo de respetar los ritmos de cada bebé no lo tiene claro..
Miriam
9 febrero, 2018 at 21:45Puf totalmebte, cada profesional tiene su libro, pero vamos que con 12 meses no ande no me parece nada para alarmarse
ohlamamma
12 febrero, 2018 at 15:22De verdad que hay cada uno…de verdad sin faltar al respeto que no digo que merecido no se tuviera su título, pero debía de estar en la cafeteria de la facu jugando al mus el día que trataron el tema del desarrollo motriz…mi pequeña hasta los 15 meses no anduvo y todo más que normal…ahora a su 17 meses ha pasado al siguiente nivel y loca me tiene corriendo detrás de ella todo el día! un besico y a seguir disfrutando de los enanos 😉
Laura
26 abril, 2018 at 09:49En mi caso el pediatra me dijo que aquí el que mandaba era el neonatologo que para eso era el experto (mi peque es prematuro extremo) y que nunca iba a contradecir sus opiniones ni sus órdenes. De hecho, con el pediatra sólo hemos seguido las visitas para las vacunas y si le surgía algún problema normal (dermatitis o cosas así) y no las tradicionales de peso y demás porque esas las teníamos con el neonatologo. Yo encantada porque así no me mareaban.
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